Adaptado por Jacobo Santín de “Father is not Buddha” de Vincent Cheung
Es irónico que algunos apologetas cristianos, vigilantes de sectas, caza-herejes auto-designados, han acusado que las enseñanzas de fe de Jesús son sacadas de las religiones orientales. Jesús dijo que si un hombre tiene fe, puede hablarle a una montaña y ordenarle que se mueva. Dijo que si un hombre no duda en su corazón, sino que cree que lo que dice va a pasar, va a recibir lo que dice. También añadió que cualquier cosa que alguien pida en oración, si cree que la ha recibido, la va a tener. Esta doctrina de fe ha sido rechazada casi totalmente en la historia de la iglesia. La ortodoxia histórica siempre se ha opuesto a Jesús en este asunto.
Cuando esta doctrina de Jesús se enseña hoy en día, algunos vigilantes de sectas la condenan como si fuera una religión oriental. No atacan a Jesús abiertamente, pero acusan de esa manera a los que repiten su enseñanza. A quien atacan en verdad es a Jesús mismo. Algunos de nosotros sí venimos de Oriente, y creemos que es una acusación bizarra y ridícula, porque las enseñanzas sobre oración de las iglesias occidentales suenan exactamente como las enseñanzas de las religiones orientales, solo que usan diferentes términos.
Ninguna religión oriental enseña que un hombre puede hablarle a un objeto físico o condición y hacer que obedezca, y que puede demostrarlo frente a la gente, como cuando un predicador cristiano maldice un cáncer o levanta a alguien de una silla de ruedas. O que cuando una bruja o alguien así intenta hacer algo por medio de un espíritu malvado, el cristiano es capaz de detenerlo con una sola palabra en el nombre de Jesús, haciendo que el poder malvado desaparezca, como en la confrontación entre Moisés y los hechiceros. Las religiones orientales no pueden hacer eso. Por otro lado, la oración en el cristianismo occidental parece tener la misma intención, los mismos principios, y los mismos efectos que la meditación oriental.
Se dice que la oración no cambia nuestras circunstancias sino a nosotros mismos. Sí, así que es igual a la meditación oriental. Después dicen que… Bueno, se refieren a que la oración no cambia a Dios sino que nos cambia a nosotros. Y sí… Así que es justo como la meditación oriental. La oración del cristianismo histórico occidental es falsa oración. Es religión oriental con vocabulario cristiano. Sí, sí, por supuesto, claro, hay gente que ora con mucha seguridad para que Dios cambie nuestros corazones y haga cambios espirituales en otras personas también. Y como no dan para más, siguen justo como en las religiones orientales, solo que esas enseñan dioses falsos. ¿Pero acaso crees en el Dios verdadero si no aceptas lo que te dice sobre la fe y la oración? Confiesas al Dios verdadero, pero no tienes fe genuina si lo contradices y lo tratas como las religiones orientales tratan a sus dioses falsos.
La Biblia enseña una fe que puede aventar una montaña al mar. Enseña el tipo de oración que puede sanar al enfermo, y levantar a un hombre de su lecho de muerte. No intentamos cambiar a Dios cuando oramos, sino que contamos con que Dios sea el mismo, para que cumpla su promesa de cambiar nuestras circunstancias. Si Dios te promete algo, pero él cambia, entonces quizás no lo obtengas. Pero si él te ha prometido algo, y él nunca cambia, ciertamente lo vas a recibir. Si tus circunstancias no reflejan las promesas de la oración de fe, eso significa que está garantizado que tus circunstancias van a cambiar cuando hagas la oración de fe. El hecho de que Dios no cambia no significa que la situación tampoco cambiará. Para contrastar, los seguidores de las religiones orientales solo se pueden cambiar a si mismos, porque no tienen dios.
Dicen que está mal predicar que la oración cambia las cosas. Nosotros aceptamos que la oración en sí misma no cambia las cosas -si no hubiera Dios, la oración no cambiaría nada (o solo a nosotros mismos, claro). Cuando se acepta esto, no hay nada de malo con esa frase. Nos referimos a que Dios cambia las cosas cuando oramos con fe. Como dice la Biblia. “La oración eficaz del justo puede mucho.” Ahí se refiere a como la oración de fe cambia el clima, y obra milagros de sanidad y de la naturaleza. La gente se niega a decir que la oración cambia las cosas -no porque quieran evitar ser tajantes o porque quieran honrar la soberanía de Dios (de hecho el Dios soberano dice que la oración sí cambia las cosas), más bien no lo quieren decir porque sus oraciones nunca cambian nada, a veces ni ellos mismos. A veces sus oraciones logran cambiar un poquito su mente, y les dan un poquito de paz, pero a veces ni eso. Sus oraciones son menos eficaces que la meditación budista.
¡Ni hablar de cambiar el clima por fe! La mayoría de ellos no tienen fe ni para usar a Dios como una muleta psicológica. La doctrina de Jesús sobre fe y la oración es una amenaza para su orgullo religioso, así que tienen que perseguir a cualquier que repita esa enseñanza. Pero son líderes en la iglesia, y se supone que deben enseñar lo que Jesús dijo. ¿Entonces qué hacen? En vez de aceptar la verdad y arrepentirse de su débil fe, se esfuerzan por redefinir la naturaleza misma de la oración para todo el pueblo de Dios. Pero mientras Dios no esté muerto y la Biblia siga aquí, no van a vencer completamente. Jesús dijo que recibiré lo que yo le pida al Padre. Cuando pida cosas espirituales, voy a recibir cosas espirituales. Cuando pida cosas materiales, voy a tener cosas materiales. Mis oraciones serán cumplidas en formas que son imposibles para los hombres, hasta en formas totalmente sobrenaturales. Este es el cristianismo auténtico. Ninguna religión oriental es así.
Yo nunca he creído nada que no fuera la religión cristiana, pero me puedo imaginar la decepción de un Chino que se convierte al cristianismo. Piensa que ha encontrado a un Padre que cuida de él. Viene a América, que se supone es un bastión del cristianismo, con la esperanza de tener comunión con otros que le puedan enseñar más sobre Dios Padre. ¿Y qué es lo que encuentra? ¡Budismo cristiano! Ese no es cristianismo real, sino falso. Es algo que usa palabras cristianas, pero rechaza sus doctrinas y efectos. El cristianismo real es exactamente lo que Jesús dijo: Vas a tener lo que dices. Vas a recibir lo que pides. Harás los mismos milagros, y aún mayores. Recibirás lo que pidas al Padre en el nombre de Jesús, para que Dios sea glorificado, y para que tu gozo sea completo, y así muestres que eres un verdadero discípulo de Cristo. Vas a recibir poder milagroso cuando el Espíritu Santo venga sobre ti, recibirás visiones, sueños, profecías, señales y prodigios. Esto es totalmente distinto de cualquier religión, así venga de oriente o de cualquier otro lugar.