Los Beneficios de Hablar en Lenguas
- secnsantin
- 17 abr
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Actualizado: 19 abr
Adaptado por Jacobo Santín, del original "The Benefits of Speaking in Tongues" por Vincent Cheung

"Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros." (1 Corintios 14:18)
Hablar en lenguas es una de las cosas más poderosas que existen para mejorar cualquier área de la vida. Tiene un lugar indispensable en cualquier receta para el crecimiento espiritual, intelectual, físico, social y eclesiástico, así como para cualquier otro aspecto de la vida que puedas imaginarte. Incluso quienes parecen darle demasiada importancia, todavía se quedan cortos. Y aun quienes aparentan exagerar su valor, todavía no lo valoran lo suficiente.
Hablar en lenguas no es una explosión incomprensible, sino una capacidad inteligente y sobrenatural para hablar desde lo más profundo de tu ser. Es una habilidad que Dios concede a la persona que ha recibido el bautismo del Espíritu Santo. Después de que alguien ha recibido a Jesucristo, también puede recibir al Espíritu Santo. Jesús nos concede su justicia, pero el Espíritu nos concede lo milagroso
Hablar en lenguas es uno de los efectos que produce la infusión del Espíritu Santo, junto con cosas como una mayor eficacia al sanar enfermos y expulsar demonios. Hablar en lenguas no es un estorbo que deba controlarse o reprimirse, sino un tesoro de valor incalculable que Dios ha puesto al alcance de su pueblo por medio del derramamiento de su Espíritu.
Cualquier problema relacionado con el hablar en lenguas nunca es porque se le dé demasiada importancia, o por una falta de balance, sino a una mala comprensión y mala aplicación. Ese es el verdadero problema que debemos atender si queremos que hablar en lenguas sea algo más aceptado y útil para las personas en todos lados. Cuanta más enseñanza y ánimo demos sobre este tema, más vamos a estar contribuyendo a la salud de la iglesia y al avance del reino de Dios.
Orar en lenguas es una ayuda siempre presente. En realidad, el Espíritu Santo es tu ayuda siempre presente, pero Él nos ha dado la capacidad de hablar con Dios desde nuestro espíritu. Cuando estás alegre y quieres expresarte más allá de lo que las palabras conscientes te permiten, puedes hablar en lenguas y proclamar las obras de Dios. Cuando tu vida está tranquila y no está pasando nada, puedes hablar en lenguas para edificar tu espíritu y darle a tu día un giro interesante. O si caes en un miedo, confusión o angustia profunda —cuando ni siquiera puedes expresar lo que sientes con palabras—, el poder de hablar en lenguas te permite clamar a Dios desde lo más profundo de tu ser.
Un cristiano nunca debería dejarse caer en depresión o desesperanza. Siempre camina en fe, en paz y en victoria. No dejes que nadie te diga que es normal sentirse triste o derrotado, ni siquiera de vez en cuando. No es normal. No es aceptable. Y no es necesario. Pero si tropezamos, el Espíritu Santo está ahí. Él está con nosotros, y está dentro de nosotros. El Espíritu Santo nunca te dejará — y el hablar en lenguas tampoco. Siempre puedes hablar en lenguas, sin importar la situación, y hablar en lenguas siempre te va a ayudar.
Hablar en lenguas favorece la paz emocional y la estabilidad. Es una ayuda sobrenatural para tu salud mental. Cuando hablas en lenguas, el Espíritu Santo puede convertirse en tu terapeuta. Puede darte consejería personal. Puede ayudarte a comprender tu propia mente, tus pensamientos y tus deseos. Puede guiarte para reflexionar sobre decisiones importantes del presente, y traumas profundos del pasado, y enseñarte cómo enfrentar el futuro. Hablar en lenguas es una parte fundamental de la salud espiritual y emocional.
Hablar en lenguas puede ayudarte a usar tu inteligencia de forma más efectiva, e incluso puede aumentarla. Es un don sobrenatural para el desarrollo intelectual y para progresar significativamente. Si eres estudiante, habla en lenguas antes de estudiar y mientras estudias. De vez en cuando, haz una pausa, camina por tu cuarto con las manos levantadas hacia Dios y habla en lenguas. Verás que esto mejora tu capacidad para retener y procesar información.
Hablar en lenguas activará tu creatividad. Mientras te preparas para una presentación de negocios, habla en lenguas. Aléjate un momento del escritorio y camina de un lado a otro, hablando en lenguas. Tus ideas se volverán más claras y organizadas. Podrías recibir destellos de inspiración que se convertirán en pilares clave de tu presentación, o incluso podrías recibir secciones completas de contenido que harán que el público te vea como un genio. Eso no es más que una chispa de la sabiduría creativa de Dios fluyendo a través de ti. Hablar en lenguas puede hacer que encuentres soluciones para problemas personales, ideas para negocios o productos, así como nuevos métodos e invenciones. Va a edificar tu espíritu y agudizar tu intuición.
Hablar en lenguas te hará un mejor teólogo — te ayudará a digerir y aplicar la palabra de Dios. También te hará un mejor apologeta — vendrán a tu mente argumentos superiores y originales . El Espíritu Santo se convertirá en tu maestro, te hará recordar ideas y observaciones asombrosas. Hablar en lenguas también te hará un mejor predicador y evangelista. El Espíritu Santo impregnará tu mente y actuará a través de tus pensamientos, dándote formas sorprendentes y precisas de declarar la palabra de Dios a las personas.
Hablar en lenguas mantiene tu andar en poder sobrenatural. Dios es fiel y está dispuesto a cumplir su palabra, así que los milagros pueden ocurrir con facilidad cuando creemos en Él y ejercemos el ministerio. Aun así, hay cosas que podemos hacer para fortalecer el ministerio en lo sobrenatural. La oración es una de ellas, ya sea que oremos con la mente o que oremos en lenguas desde nuestro espíritu. Debemos hacer ambas cosas. Afirma con diligencia lo sobrenatural, por medio de la fe, y habla en lenguas siempre.
Hablar en lenguas no es lo único que puede ayudarte, pero sí es una de esas cosas que le traerán más poder a tu predicación, más influencia a tu escritura y más eficacia a tu enseñanza y evangelismo. Habla en lenguas y aviva los dones espirituales sobrehumanos que el Espíritu de Dios ha puesto en ti. Prepárate para visiones, sueños y profecías. Espera señales y milagros. Activa tu imaginación.
Hablar en lenguas es, en sí mismo, un evento sobrenatural. Debido a que el Espíritu de Dios está en ti, ese poder sobrenatural se ha convertido en una capacidad que ya es parte de ti. Puede sentirse tan natural que llegues a olvidar que es una habilidad sobrehumana. Que te sirva como recordatorio de que ahora estás conectado con el reino sobrenatural de Dios, por medio de su Espíritu y de tu fe en Él.
Puedes fortalecer cada aspecto de tu vida y de tu ministerio al hablar en lenguas. Aquí solo hemos mencionado algunas ideas que me vienen a la mente, pero tú podrías descubrir muchas más posibilidades y experiencias cuando hables en lenguas dentro del contexto de tu propia vida y de tu propio llamado. Aparta tiempo cada día para hablar en lenguas durante tantos minutos y horas como puedas, cuando estés libre de distracciones y no estés haciendo otras cosas. Luego sigue hablando en lenguas a lo largo del día, incluso mientras haces otras actividades. Habla en lenguas tanto como puedas, y tan seguido como te sea posible.