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Fe es Certeza

Adaptado por Jacobo Santín de “Faith is Certainty” de Vincent Cheung



 

~ Adaptado de correspondencia electrónica ~

La fe es certeza. Es tan confiada que Jesús dijo que si oras con fe vas a creer que has recibido lo que pediste antes de conseguirlo. Cuando el diablo te ataca y tú dudas, eso significa que su ataque está resultando. Resiste y mata la duda. La fe y la duda no son sentimientos como tal, sino cualidades del pensamiento. El miedo puede ser un sentimiento que surge de la duda.

Los Reformados y Evangélicos le tienen mucho cariño a poner excusas en este ámbito. Seguro condenarían a Jesús por ser uno de esos “predicadores de fe” fanáticos. De hecho podrían insinuar que puedes dudar y de todos modos estar lleno de fe, hasta dirían que la duda es buena, pero Jesús los reprendería duramente. No, la duda es mala, siempre mala. Pedro dudó y se hundió. Santiago dijo que si dudas, no pienses que recibirás nada del Señor. Los Pentecostales y Carismáticos en general son mucho más fieles a las Escrituras en esta área.


Estas generalizaciones no aplican en cada caso específico. Hay ejemplos para cada bando. Y aunque yo expreso la situación como yo la percibo, la verdad es que me tiene sin cuidado qué tradición gana y cual pierde. No quiero tomar partido y decir, “¡Soy de estos!” o “¡Soy de aquellos!” Ni los Reformados ni los Evangélicos ni los Pentecostales murieron para redimirme del pecado ni me infundieron con poder celestial. Solo Jesucristo hizo esas cosas. Lo seguiré a él, el resto se puede unir o arder en el infierno.


Jesús enseñó que basta con una fe como semilla de mostaza para que nada te sea imposible. ¡Los cristianos tuercen esto para decir que puedes tener 1% de fe y 99% de duda! Esta es una perversión endemoniada de esa enseñanza. No, Jesús dijo, “Cualquiera que… no dudaré en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” (Marcos 11:23). Si dudas, no creas que vas a recibir nada del Señor.


Claro, a veces Dios muestra su gracia, como cuando Jesús rescató a Pedro cuando se hundía. Pero sin fe el hombre no puede esperar recibir, aunque quizás reciba a pesar de sus dudas gracias a la bondad soberana de Dios. En todo caso, en vez de justificarnos y torcer las Escrituras para que todos se sientan mejor consigo mismos, hay que aceptar lo que Jesús enseñó sobre la fe, condenar nuestra incredulidad, y esforzarnos por alcanzar el nivel que él nos mandó.


Si oras lleno de fe, lo vas a saber, y no tendrás que preguntarle a nadie, y nadie te podrá convencer de lo contrario.

Serie Certeza
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